Autor: Horacio Oliva Aldamiz
Prólogo: Hugo Galera Davidson
Esta es la historia de la célula desde el primero que la describió, el pañero Leewenhoeck, hombre de buenos amigos, como su vecino Vermeer, el pintor de interiores con el que pasea y dialoga a orillas de los canales de Delft y que le nombraría su albacea.